Antes de comprar tu próxima notebook leé esto 👇

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  • Sep 09, 2022

Llegó el día en el que por fin te decidiste a comprar tu primera computadora portátil, o la que tenés ya no te sirve y necesitás urgente una nueva, pero con la gran variedad de marcas, modelos y precios en el mercado, sumado a los múltiples detalles técnicos, te surgieron muchas dudas y no sabés cuál te conviene. Tranqui, para eso estamos nosotros.

 

En primer lugar, siquiera antes de ponerte a investigar y comparar opciones, pensá en el uso que le vas a dar a ese equipo. No es lo mismo querer una notebook para disfrutar de lo último en videojuegos, que suele ser más pesada y grande porque está hecha para traslados esporádicos, que precisar una para el trabajo o el estudio, la cual seguramente debas trasladar de un lugar a otro. Otro ejemplo, si tu idea es aprender a editar imágenes y vídeos será indispensable que esta cuente con un potente procesador; en cambio, si solo es para trabajar sobre hojas de cálculo o documentos, esto no es realmente necesario.

 

Teniendo esto en cuenta, acá te va un punteo de lo que deberías considerar antes de desembolsar todo tu sueldo

 

El procesador

 

También conocido por las siglas CPU (Central Processing Unit) es la pieza de hardware a la que podríamos llamar el cerebro de tu computadora. En conjunto con otros componentes dirige las tareas que el equipo debe llevar a cabo, ejecuta el código de diferentes programas y determina el rendimiento. Cuanto más rápido y potente sea el procesador menos problemas vas a tener a la hora abrir y procesar programas complejos, como por ejemplo aquellos vinculados a las ediciones de imagen, video y sonido, o a los videojuegos.

 

Y si sos una persona muy detallista te habrás fijado que, en general, en la parte de la descripción sobre la notebook hay información sobre la velocidad del procesador y la cantidad de núcleos que posee. ¿Por qué deberías detenerte unos segundos en estos datos?

 

Bueno, la velocidad de la CPU (o velocidad del reloj) es la que determina la rapidez con que esta recupera e interpreta instrucciones. Su medida está expresada en Gigahertz (Ghz). Pongamos el caso de que la velocidad del procesador sea de 3,2 GHz esto significa que ejecuta 3.200 millones de ciclos por segundo. Por norma general, una velocidad de reloj más alta significa un procesador más rápido. Sin embargo, existen otros factores que entran en juego a la hora de determinar la potencia de un procesador, en los cuales no nos detendremos, por lo menos en esta nota.

 

Pasemos entonces a los núcleos. Estos son unidades integradas a la CPU pero que funcionan de manera separada e independiente. Es decir, si una CPU tiene dos núcleos significa que puede manejar el doble de información. Una característica fundamental para poder trabajar de manera eficiente con aplicaciones de edición o reproducción de imágenes y vídeos.

 

Otra cuestión a prestar atención es el caché y los subprocesos o hilos de procesamiento. El caché es un tipo de memoria integrada al procesador que almacena una copia de la RAM para agilizar el acceso a los datos. Más caché significa más espacio para guardar información. Mientras que, los subprocesos o hilos de procesamiento podrían definirse como el “flujo de control de datos de un programa”, y su función es hacer más eficiente la administración de tareas de un procesador y sus diferentes núcleos. Cuantos más hilos, mayor división de procesos, mayor volumen de cálculos simultáneos y mayor eficiencia. Si el uso que le vas a dar a tu notebook, por ejemplo, es para renderizar en 3D, entonces, te convendría tener un procesador con el mayor número de hilos de proceso posible.

 

 

La pregunta por excelencia. La verdad es que ambas ofrecen procesadores muy buenos, por lo tanto, más que guiarte por una u otra te conviene fijarte en la potencia del modelo.

 

Los Intel suelen encontrarse como Core i3, i5, i7 e i9. Los AMD como Ryzen 3, 5, 7 y 9.  Siempre que se compare entre procesadores de la misma generación, será mayor la potencia cuánto más grande sea el número. Así un Intel i5 es más potente que un i3 y un Ryzen 7 que un Ryzen 5.

 

Conocer la generación es fácil. Por ejemplo, si tenemos un Core i7 -1165G7, la generación estará dada por los primeros dos números. Es decir, aquí tendríamos un procesador de onceava generación. En el caso de un Ryzen 5 3450U, la primera cifra nos dice que estamos ante un procesador de tercera generación.

 

Para uso diario que se recomienda elegir entre un Intel i3 y un Ryzen 3. En cambio, para gaming apunta a procesadores de última generación de gama más alta, como un Intel i7 o i9, o un Ryzen 7 o 9.

 

La memoria RAM

 

El almacenamiento a corto plazo del sistema. El espacio que utiliza la CPU para guardar los datos y las instrucciones que está ejecutando en un momento determinado. A diferencia de la memoria caché, en caso de que te parezca insuficiente la que trae un equipo, la podés ampliar. Por supuesto, hay un límite. Por eso conviene fijarse en la cantidad de memoria Ram que este puede soportar.

 

Como regla, cuanto más RAM tenga mejor será el rendimiento del equipo. Pero a menos que vayas a usar la notebook para ejecutar softwares de diseño gráfico, aplicaciones de ofimática o videojuegos, con 8GB ya tendrás más que suficiente.

 

El Disco ¿SSD o HDD?

 

El encargado de almacenar toda la información que se vaya registrando durante el uso del equipo de forma permanente. Antiguamente solo existían los discos duros (HDD) pero luego aparecieron como una alternativa las unidades en estado sólido (SSD).  La diferencia está en que los HDD utilizan piezas mecánicas y los SSD microchips con memorias flash interconectadas entre sí.

 

Te aconsejamos buscar una notebook con un disco SSD ya que es más veloz y silencioso. Como mínimo debería tener 256 gigas de capacidad, después podés sumarle un disco externo si te parece poco.

 

Tarjeta Gráfica

 

Su función principal es la de transformar los datos que envía la CPU en información visual comprensible que es ejecutada en un dispositivo de salida (un monitor). Es decir, vendría a ser como la traductora de los ceros y unos en imagen y video. Existen dos tipos: las integradas al propio procesador y las dedicadas, que pueden ser conectadas de forma externa.

 

Para uso diario las que son integradas funcionan perfectamente. En cambio, si vas a dedicarte a la edición de vídeo en alta resolución o a jugar videojuegos de última generación, lo más probable es que tengas que ir por la segunda opción, o elegir una notebook que específicamente tenga el rótulo de gamer, con tarjeta NVIDIA GeForce GTX o RTX, también podría ser una AMD Radeon RX.

 

Pantalla

 

El tamaño de una pantalla se expresa en pulgadas, una medida en diagonal, de esquina a esquina. El tamaño estándar es de 15.6”. Una pantalla de 17,3” puede ser demasiado grande si lo que querés es llevarla de un lugar a otro. En cuanto al tema de la resolución, si esta es muy alta y la pantalla muy pequeña esto puede ocasionar que los textos se vean demasiados chicos. En general, una resolución HD y FULL HD es suficiente.

 

Si el equipo estará destinado a los videojuegos deberías considerar la tasa de refresco. Es decir, la cantidad de imágenes fijas que aparecen en una pantalla en un segundo. Una tasa de 120 Hz, por ejemplo, implica que la pantalla se actualizará 120 veces por segundo.

 

Batería

 

De ión de litio o de polímero de litio, lo importante es que te fijes en la capacidad o potencia nominal. Básicamente la cantidad de energía que puede producir, porque cuánto mayor sea el número más tiempo podrá funcionar antes que sea necesario recargarla. Este se mide en milamperios (mAH) o en vatios-hora (Wh). También deberías chequear si el equipo cuenta con carga rápida.

 

Los puertos

 

Según la marca y el modelo varían los tipos y la cantidad. Lo ideal es que tenga al menos dos puertos USB 3.0 que suelen ser los más usados. También conviene que disponga al menos de un lector de tarjetas SD y un puerto HDMI.

En cualquier caso, siempre podés invertir en una estación de acoplamiento o adaptador.

 

El teclado

 

Esto depende, por un lado, de tu gusto personal, es decir, que te es más cómodo al tacto a la hora de tipear; y, por otro lado, del uso. Si vas a trabajar o jugar de noche, o con poca luz, que sea con retroiluminación es lo mejor.  Si, por ejemplo, sos de usar mucho las hojas de cálculo, entonces, lo más práctico es que el teclado numérico esté incluido.